sábado, 31 de enero de 2015

Nature has planted in our minds an insatiable desire to see the truth

Bueno mundo (y ya os conocéis el resto),

Estoy en el aeropuerto de Chicago, esperando a mi conexión para llegar a SFO y de ahí tomar un shttle y llegar a Davis. Un total de unas 20h de viaje.

Estoy escribiendo en papel y, si mi mano me lo permite, me parece uqe va a ser mi método de elección. A veces me canso de estar con el ordena (believe it or not).

Ya os contaré sobre el taxista que me recogió con la radiolé q tenía puesta para despedirme y la charla que tuvimos sobre la política actual, sobre lo importante que es que sigamos teniendo esperanza (los jóvenes, según él) y de la sensación de querer abrazarnos cuando nos despedimos. Ya os contaré sobre la desaparición de mi avión en las pantallas de información, sobre el maravilloso viaje de 9h seguidas que tuve en paz, tranquilidad y un extra de self-inner thought que mucho me hacía falta. Ya os contaré sobre la chica francesa a la que ayudé con su viaje a Boston (y yo a California), los baños apañados para la gente que necesita acompañante (véase, niños pequeños con diferente sexo que el tutor), la tele con unas noticias de control absoluto (cámaras que no sólo registran el número de personas y vehículos que pasan por delante cada minuto de cada hora, sino que también se están preparando para registrar gender, color de ojos, y un largo etc paranoico), y los miles de recuerdos del Pacific Partnership 2010 al llegar inmersa al acento americano con mochilas militares que, contra intuitivamente me traen tan buenos recuerdos.


Ya os contaré, ya os contaré...