Por qué si todo marcha? Porqué, si no consigo quitarme la sonrisa de
bajo los ojos? Qué tiene esta ciudad que me llega dentro? Tantos, tantos meses.
Fuera. No quiero volver. El silencio de la muralla derribada es aún capaz de
entrar por las puertas virtuales.
Quiero ver mi sangre roja. Saber que sigo, saber que puedo. Recordar
cómo me como el mundo, cahcito a cachito. Para cagarlo después.
Qué tienes, Madrid, que me llegas tan adentro? Darme cuenta de que no
hablo, a pesar de no callar ni un segundo. De que no expreso, a pesar de
reflejar como solo mis ojos lo hacen, tan hacia fuera. No poder contar nada.
Obligada a guardar silencio.
Cuenta las cicatrices y abrázame en terciopelo.
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