26.08.12
Qué ciudad rara,
esta! Te encuentras moras silvestre por todas partes y lo mejor de todo es que
parece que a la gente no le gusta ir al baño! Hay un montón que ya están
poniéndose maduras y que permanecen intactas en los arbustillos. Por supuesto,
aquí estoy yo para recoletar. Carol, mi casera, me dijo ayer (mientras cocinaba
yo un rico brownie de chocolate) que iba a prepara una pie de blackberries. Qué
rico, rico (y qué doblete de
recuerdos!).
Esto que os
escirbo ahora lo hago a primera línea de playa. Una playa larga y seccionada
por groynes, con abundancia de nubes azules y un toque inglés que recuerda
irremediablemente a los paisajes y escalofríos que ya describía Patrick
O’brian. La escena es todo un teletransporte. En frente de mí se ha colocado
una tribu entera de hombres que supongo son de la India, o de Bangladesh,
intentando jugar al futbol en una portería inflable bien provisada. Un viajante
solitario (por el cual he sentido cierto aprecio), se ha parado a contemplarlos
antes de marchar con la sonrisa saliéndosele de la cara cuando ha visto el
terrible don con el cual no ha sido concedido ninguno de sus miembros.
Gesticulaciones, gritos, giros de cabeza y muchas risas han sido el
entretenimiento constante hasta el momento actual, pues ya marchan.
Es cierto lo que
me decía Uwe ayer, la mayoría son de clase media blanca, pero hay un poquito de
todo. No puedes comprarlo con Londres, claro que no. Me cae bien, el tipo. Es
alemán, y por ende, raro. Ayer me ayudó a aclararme la cabeza: últimamente,
como se me acaba el master y debo encontrar entretenimiento diario, me estoy
rallando la cabeza con el qué hacer. Busco curros relacionados, mando CVs, leo
la cantidad de experiencia que se exige, escribo cover letters a velocidad
pedo-perezoso y todo tipo de asuntos relacionados, pero no cabe duda de que mi
mente se pregunta: por cuánto tiempo voy a seguir así? Cuándo voy a asentarme?
Cuándo ganaré lo suficiente para que el tomarme un café en un sitio abierto no
sea “el lujo de la semana”? Veo a la gente mucho más joven con pareja, viviendo
de sus sueldos, teniendo la suerte de poder mantener algún animalillo y
permitiéndose cualquier tipo de actividad extracurricular semanal. Semana tras
semana, sabiendo que van a seguir ahí, y que van a poder continuar en el tiempo
susodicha actividad. Por una parte, se me pone la piel de gallina de solo
pensarlo y, si fuera claustrofóbica, seguro me daba un ataque de acidosis
respiratoria. Sin embargo, últimamente de entran bajoncillos cuanod me
encuentro de nuevo en un aeropuerto, con la maleta tan grande como yo (aunque
sí, digámoslo, pesando la mitad), sin saber si voy o si vengo, y con la vejiga
llena porque no sé a quién dejarle los bultos mientras orino. A veces pienso
que me voy haciendo mayor (en el tiempo que llevo estos párrafos escritos me he
descolocado el hombro tres veces!), estoy más seria, menos tierna, menos
confiada que años atrás. Lo que sí no se me quitan son los sueños. No se me
quita ese mirar hacia el cielo, y eso me consuela un poco. Sin embargo, la
maleta pesa demasiado…
Volviendo a Uwe,
me hizo ver (al igual que mi papacito esta mañana) que soy joven, que soy vet,
y que he vivido todo lo que he querido y más. A veces me dan esos quebraderos
de estabilidad y compañía, pero hasta ahora, todo lo que he hecho, lo que he
conseguido y ha sucedido, ha sido maravilloso y podría incluso aventurarme a
decir que ha sido todo lo que he querido.
Simon me ha
recordado, me ha dado ganar de un acurruque, de mudarme a Bristol. Pero sigo
siendo joven, sigo hacinado loq eu quiero y sigo queriéndoos mucho.
23.08.12
Ayer me quedé
estudiando un par de cosillas en la clínica. Tenía mi libretita con cosas para
apuntar: alguna de las últimas páginas son palabras en inglés que siempre antdo
teniendoq eu buscar en el diccionario. Entró a la cocina una abuelilla
mayorceta, muy British, que colocó y encendió una lámpara de mesilla de noche
al borde de la ventana. Salió de la sala y volvió a entrar.
Aproveché para
preguntarle una de las palabras en inglés que llevaba un par de días rondándome
por la cabeza.
La pobre mujer me
mira sorprendida. Mira el libro que estoy leyendo y vuelve a mirarme a los
ojos. Esoes un poco “rude”, cnotesta con una sonrisa nerviosa y los ojos
mirando para la luz del techo. DE dónde la has sacado. No estoy muy segura,
creo que de un libro que estoy leyendo en casa.
Well... it means... vibrator sex toy.
Qué panzá a reir
nos pudimos echar!
21.08.2012
Para mí que hoy
he conocido al hombre de mi vida. Ha sido increíble tener el semen de aquel
gatito entre nuestros dedos o los ovarios de esa perrilla palpitando por debajo
del guante mientras notaba su respiración en mi cuello.
De vez en cuando,
alguno aún consigue despertarme el alma y éste, claro que sí, me obliga a
querer adorarle.
Qué tipo!
Llegué ayer a la
tarde, con la suerte echada al saber que la guagua que me llevara a mi nuevo
hogar era la número TRES. La casa es una maravilla. Tiene dos pisos y un ático
(donde vive Abi, un tipo indú) acompañado de un jardín zen maravilloso con,
claro que sí, tres áreas bien diferenciadas, sin fronteras. Hay un poncito con
pececitos (y mosquitos!), piedritas masajeantes en el suelo, varios colgadores
de velas e incienso y muchas, muchas plantitas en macetas rellenas de flores de
colores. La casa está llena de color morado, y cuando me hago la comida la
llevo al salón en una bandeja con manzanas dibujadas (maravilloso!).
Mi cama es
todavía más grande que la de Crofters, con tantas almohadas que no sabes qué
hacer con ellas (te puedes sentir abrazada por donde quieras), y con una de
esas mantas sin sentido que se colocan hasta mitad de la cama, creo que para
que quede bonito. Sólo dos detalles: no tengo escritorio (qué os decía yo?) y…
la orientación es NW. Una locura! En mi vida he vivido así, me da un poquito de
miedo.
El jabón del baño
de abajo (que es una réplica espacial de la habitación de HPotter en el primer
libro) tiene un jabón con olor a pomelo. Me vuelve loca, me dilata las pupilas
y me hace salivar.
Después del curro
(y cuando el sol ya se bajaba ) fui a la playa, que es una maravilla. Estoy
viviendo a mitad de camnio de ambos, con lo que puedo hacer el viaje todos los
días de uno a otro en tándem; aunque si acaba tan fatigada como hoy, poco más
podré hacer!
El hospi… raro. Al
ser una charity tenemos a la mayoría de la gente con muy poco recurso: muchos
parecen malotes, de las bajos suburbios y de las series americanas de sociedades
en caravana (habéis visto Ed?). No se les entiende todo lo que hablan, pero
quieren a sus perricos… a su manera. Otra gran sección de clientes son los
jubilados, todo otro libro para ellos. Algunos vienen en pareja, pero es
notable que tenemos más viudas que viudos. Yo me imagino que son, en general,
su única compañía y sobra decir que, en su mayoría, son animalicos viejos, los
cuales ya han vivido mucha parte de su vida útil. Da mucha penita añadida
cuando es uno de estos los que debes eutanasiar. Contamos con bastante libertad
para hacer pruebas, aunque obviamente estamos limitados por el dinero (el cual
solo llega por medio de donaciones, nada gubernamental). Hace un AS y si
quieres le sumas una XR sin necesidad de avisar al dueño de que el va a costar
50 pavitos más. Y ya que estás, por qué no una eco? No tenemos cosas
extraordinarias, y hay varias pruebas con las que también tenemos
restricciones, pero da muchísimo gusto poder tratar a estas mascotas sin tener
que presionar a los dueños a gastar más, y centrarte casi únicamente en el
diagnóstico del bicho y en las pruebas necesarias. Dicho esto, debo añadir que
muchas de estas limitaciones terminan en córticos, ATB y pa’ casa. O en
eutanasias.