No me imagino un futuro sin él. El presente, pase, pero soy incapaz de pensar que estaré el resto de mi vida sin ti a mi lado. Debo de estar demasiado loca si sigo por este camino. O debo quererte (con negrita) lo adecuado. Una de dos.
Todos sabemos que algo de TOC tengo, pero a veces debemos mirar más allá. Tanto, tanto amor (???). No quiero empezar nada con nadie. No quiero que nadie se lleve lo que a ti te pertenece... y no dejas de rechazar. Cómo puedes sentirte cuando regalas lo más sagrado, real, que tienes… no lo quieren y lo pierdes para siempre?(*) Vacío, verdad? Me siento infinita, infinita de profundidad. Me convierto en un pozo profundo, uno de esos en los que miras hacia arriba y ves la luz (sí, ves la luz); una luz tan brillante, fuera, que te impide volver a dirigir tus ojos hacia ella. Y repites solo para cerciorarte de que sigues a una sempiterna profundidad, que tuvo un principio, pero que jamás tendrá (un) fin.
Este es mi territorio, y puedo hacer con él lo que me plazca.
Y, como siempre, el día a día lo paso bien, pero algo siempre llega y me hace mirar hacia delante, hacia dentro, y, después de semanas, de meses, me oprime tanto el alma que surge como resultado una pésima lágrima de sendos ojitos rojos.
Y una vez más, espero sangrar en pocos días.
(*)Ni siquiera es perderlo, sino que queda atado a ti, que lo arrastras como a un lastre, como las cadenas de un preso que le recuerdan, con gotero, que aquel fallido momento pasado le condenará para el resto de días del futuro. Días? Mejor horas sin pausa, sin relación, sin presente; una sucesión insípida de minutos consistentes en 63 segundos.
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