Qué maravilla de
lluvia! Este olor me tiene enamorada. Más enamorada incluso que lo que me tiene
el chiquito que tengo delante. O el tipo guaperas de ayer. O mi colega en el
campo, hombretón fuerte macizo negro azabache. Este olor…
Sin embargo, ayer
mismo - trabajando de nuevo sobre terreno-, comenzó a tronar y al cielo se le
cayeron todas las tripas sobre nuestras cabezas. Fue entonces cuando vi el
futuro reto que se me impondrá durante las siguientes semanas: Las casas que
vamos a abarcar las accederemos a moto, y la temporada de lluvias no está sino
empezando. Carga agua, chubasquero, casco, ropa de moto (para el polvo rojo,
que penetra profundo), cámara, tablet (con suerte haremos los questionarios a
tablet, y no a papel, que sería mayor infierno- aún tenemos que finiquitar
ciertos asuntos técnicos), comida (aunque no mucha, ya que entre desayuno y
cena estamos comiendo un par de bananos), y los gadgets típicos de navaja
(gracias papacito!), botiquín, linterna, gorra, crema, antimosquito, GPS, los
dos móviles, algún questionario a papel por si la tecnología nos falla, un
cuadernito y… bueno, seguro que algo más. Hará frío, calor, se me romperán las
manos de seco, se me quejarán los huesos de húmedo. Y estaré sucia.
Pero solo por fuera
:).
Aún no hemos
empezado propiamente sobre terreno con los cuestionarios (por ahora estamos con
los de Erika); pero ya se está planeando la segunda parte del proyecto: bush
pig trapping.
En abril va a
venir Mike, un experto de EEUU (como en las películas) en captura de jabalíes y
estamos (o están – porque yo por ahora únicamente leo los mails reenviados)
preparándonos para el evento. Vamos a colocar cámaras trampa en sitios
específicos* de concurrencia de bushpig y a poner cebos y trampas en el campo
de visión de la cámara. Estos puntos de trampa serán (o esta es la idea…)
cebados (meaning, pondremos un poco de maíz o similar para atraer al bushpig –
lo cual atraerá tb a muchos otros oportunistas, esto es seguro) y chequeados
cada día para ver si nuestro objetivo mordió el anzuelo. Cuando capturemos a
uno de estos bushpigs, anestesiaremos, tomaremos muestras de sangre y
colocaremos un collar de seguimiento GPS. Despertamos, cuidamos de que el
cerdito se encuentre medianamente espabilado y le dejamos marchar. Sus
movimientos serán capturados por el satélite y sabremos exactamente por dónde
se mueve (home range) y qué tan cerca pasa de casas de “granjeros” (lo pongo
entre comillas porque la gente aquí tiene normalmente entre uno y tres
cerditos), puntos de agua de interés y similares.
*Estos sitios
específicos de concurrencia es lo que se supone que voy a identificar yo con
mis cuestionarios. Sin embargo, Mike viene un poco demasiado pronto en nuestro
schedule. Para cuando él llegue yo ya estaré bastante avanzada en mis
cuestionarios y podremos sacar información útil, el problema es el tiempo que
se necesita para preparar las jaulas con cebo: para que el animal salvaje no
sospeche (y por lo visto el bushpig es bastante desconfiado), tenemos que poner
los cebos y montar las jaulas poquito a poco; si no, corremos el riesgo de que
el bicho vea la jaula, lo considere raro-inusual y decida no acercarse más a
ese área durante las próximas semanas. Así que es un proceso que lleva tiempo y
con lo que se supone tenemos que empezar en unos días. Inicialmente vamos a
probar a poner cebos y jaulas en sitios donde los rangers del parque han visto
afluencia de mis chanchitos… y a ver qué pasa.
Waiting for one of our respondents |
Esos dos
factores, la educación y el entorno familiar los veo clave para un futuro
próspero. Me he encontrado con mucha gente que parece tener nada de ganas de
trabajar, de esforzarse, de dar más allá de lo estrictamente necesario. Me falta
ver ideas propias, iniciativas privadas, motivación por avanzar día a día (aquí
Carmen, te respondo a tu pregunta). Al mismo tiempo, me he encontrado con
algunas mentes brillantes, fuertes de espíritu (fijaos que dos palabras tan
juguetonas en la misma frase!), con ganas de prosperan y con la fuerza para
hacerlo. Confounders? Quién da más?
Con el asunto del
tiempo libre me vino a la cabeza un artículo que leí hace un par de meses. Os
lo regalo, con permiso del autor (probablemente ya os lo he mencionado antes).
Un avance:
“So if leisureliness was once a badge of
honour among the well-off of the 19th century, in the words of Thorsten Veblen,
an American economist at the time, then busyness—and even stressful feelings of
time scarcity—has become that badge now. To be pressed for time has become a
sign of prosperity, an indicator of social status, and one that most people are
inclined to claim. ”