miércoles, 18 de febrero de 2015

“And the trouble with insatiable desires is that the struggle to sate them leaves everyone as exhausted as they are unfulfilled”

Qué cansadita he acabado del primer día de trabajo!

No dormí muy bien y yo creo que fue porque aún sigo con el jetlag. Ayer, a la que subíamos en coche a Gulu, me entró un sopor insoportable y me dormí una buena siestecita. Eso se tradujo en la madrugada, de 4 à 6am, a que mis ojos no dejaran a su amigo, el cansado cerebrito, reunirse con Mr. Morfeo. Dudo que la música y conversaciones constantes que llegaban de la calle sin un minuto de reposo fueran la causa de mi insomnio internacional. Tampoco puedo echarle la culpa a los misteriosos rezos musulmanes (la gran mayoría aquí, creo haber entendido, son cristianos) que comenzaron a mitad de mi penuria (léase, a las 5am en punto). Sólo me queda, pues, acusar al cambio de horario de esta dificultad de mantener un sueño normal. A ver qué pasa hoy… aunque confesaré que a la que volvíamos del terreno me he quedado sopapa en la parte trasera del Land Rover, mientras mi cabeza botaba cual saltamontes huyendo de un wildfire, mis gafas se enredaban en el cinturón y mi pelo se pensaba en un concierto de Sepultura.

Esta zona norte, donde se encuentran sendas zonas de estudio, es una de las más pobres de Uganda. Hubo una guerra civil de 20 años que no acabó sino en el 2006 (bastante reciente*). El Lord Resistance Army (Johnny Kony) estuvo aquí presente durante esos últimos años, hasta el 2006, desde donde parece se encuentra escondido en Sudán del Sur o DRC. Hoy hemos pasado por su pueblo natal.

*Recordáis cuando estuve en Timor Oriental? La guerra contra Indonesia sólo había terminado 8-9 años antes de que yo fuera para allá y las historias de cabezas literalmente rodando por el suelo estaba demasiado reciente. Gulu me recuerda a Timor. Aunque a mí me da la sensación de que todo aquí ya quedó en el pasado, no debemos olvidar que todos los adultos que se encuentran en la zona estuvieron en un campo de refugiados. No debemos olvidar.

Ayer Julious describió el Gulu del pasado (del pasado, papá y mamá, que no cunda el pánico!) como “This area was hell on Earth”. La situación ahora está mejorando bastante en relación con hace 10 años; sin embargo, la corrupción del gobierno no permite estructura alguna para disminuir los niveles de pobreza del lugar.

Ahora mismo, al menos – y por ejemplo –, hay un cierto tipo de educación infantil que es obligatoria, y si te pillan con los hijos en casa en horas de escuela te multan (creo que un tajo grande, lo suficiente para que se te caiga un pelo o dos). Esta educación la puedes perseguir en una escuela privada (bien cara, a unos 75€ por trimestre) o pública (prácticamente gratuita, donde uno se gasta en uniforme y material; unos 3€ al trimestre). Sin embargo, este último tipo de educación sustentada por el gobierno sufre de baja calidad y elevado número de huelgas de profesores, que ven en este intento de revelación la única manera de exigir de una vez por todas salarios que numerosas veces no han sido pagados por el periodo de un trimestre entero.

A pesar de estos estudios obligatorios (y digo “a pesar de” porque para mí la educación es la salida), se ve difícil una despedida de los niveles tan altos de pobreza. Es difícil porque la gente en zonas tan pobres se encuentra muy aislada. Los adultos se levantan, recogen algún cultivo, desayunan, pelan la cassava, se echan la siesta, muelen el grano, cenan, y van a dormir. Simple y llanamente para poder volver a levantarse al día siguiente, recoger algún cultivo, desayunar, pelar la cassava, echarse la siesta, moler el grano, cenar y volver a acostarse. Día tras día. Sin más ambición que pasar un día más con algo que meterse a la boca.

Conociendo mi existencialismo profundo, yo ya estaría muerta (casi me mato con el simple hecho de escribir – y abrigar – el sinsentido de esas líneas).



En uno de los poblados a los que hemos ido en el día de hoy he visto a una chiquita joven moliendo con uno de esos morteros gigantes de brazo algún tipo de cereal. Me he quedado pensando: está moliendo ese cereal para conseguir energía… una energía que va a gastar en volver a recolectar el grano y molerlo a palos, simplemente para conseguir más energía para poder recomenzar el proceso. ¿Por qué, si puede construir instrumentos, no crea un molino mecánico que permita distribuir la fuerza de tal manera que con un simple movimiento de muñeca un sistema de engranados se encargue de  multiplicar esa energía aplicada y optimizar, de esta manera, las calorías ingeridas y el tiempo utilizado? Al tener algún tipo de mecanización/automatización, podrán cubrir sus necesidades básicas con un esfuerzo menor, lo cual se traduciría en un aumento de tiempo libre, tiempo que puede ser dedicado al ocio, al arte, al canto… a un saneamiento del espíritu, a un reencuentro de paz interna. Y externa. A un equilibrio con el todo…

En este mismo poblado, el padre estaba ausente porque tuvo que llevar a uno de sus niños al hospital debido a recurrentes y cada vez más frecuentes ataques de epilepsia; uno de sus otros niños murió el octubre pasado a los 6 añitos; y uno de sus nietos – de algo menos de dos años – jugaba a nuestro alrededor con un mango impregnado en excremento de ganado embebido en quién sabe qué tipo de agentes zoonóticos patógenos.

Hoy, a la que nos hemos sentado a cenar Erika y yo, me ha preguntado que qué me ha parecido el día. Yo le he dicho que maravilloso.

Soy insensible por no haberme aterrado ante tanta pobreza? Estaba preparada mentalmente a lo que me estoy encontrando? Paso, de nuevo, por la vida sin darme cuenta de la realidad que me rodea? O peor todavía, me daré cuenta y cerraré estos ojos míos, que se abren solamente a las cuatro de la madrugada para no permitirme dormir, para obligarme a pensar, para evitar que mi mente viaje por el mundo de ensueño en el que me creo viviendo?

Food for thoughts.  

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