Así me dieron la
bienvenida cuando en el aeropuerto. De regalito, me dejaron pasar un par de
presentes alimenticios (del buen queso flor de esgueva) que repartiría para Bea
y Álvaro (que me albergan en su casa por estas dos semanas) y Jaber, el CS con
el que contacté justo antes de venir aquí y que resulta será mi futuro workmate
– ya estamos compartiendo oficina y noches de bares! De ahí concluiréis lo que
toda la gente me dice: Davis es muy pequeño. Sin embargo, ante cualquier juicio
de (mis) valores debemos recordar que la relatividad es un dogma intrínseco y
todopoderoso en mi ser – perdónenme el egocentrismo. Hagamos un ejercicio de
recapitulación sobre la población de los lugares en los que recuerdo haberme asentado para
vivir (lista: orden cronológico; gráfica: decreciente).
Granada: 240 000
Montreal: 1.6 millones
Kosice: 240 000
Las Palmas: 382 000
Bellac: 4 600
Almansa: 25 000
Alcalá: 4 300
London: 8.3 millones
Amsterdam: 780 000
Liège: 190 000
Davis: 60 000
Lo curioso es que
todo el mundo me dice que Davis se les queda pequeño, pero yo veo y escucho mil
oportunidades de elección de actividades de tiempo libre. Mi problema va a ser
la falta de este.
Por ahora ya sé
de clases de alfarería, de tejer, de corte y confección, de mecánica, de bicis,
de manualidades con vidrio, fotografía, etc.
Además, me dicen que el swing tb se cocina en estos lares*. Me han hablado
incluso de unas clases gratuitas las mañanas de los domingos en SFO. Los
domingos tb se reúnen estudiantes de vets (y supongo algún vet tb) para dar
asesoramiento sobre mascotas a una comunidad (en su mayoría latinos) económica
y socialmente desfavorecida. Eso me atrae un montón: ayudo, y sigo refrescando
mis conocimientos médicos!
*Por lo visto,
cada estado de USA tiene una lista de elementos característicos asignados a
dicho estado. El baile de California es el “West Coast Swing”. Sin embargo, no
os dejéis engañar por este nombre confuso. Observad: https://www.youtube.com/watch?v=Y3i6kyLLB2g.
A pesar de no ser mi Lindy Hop, debo decir que estoy muy tentada a aprender
esos pasos….
Hoy hemos paseado
por el centro de Davis. Es cierto que es chiquito, pero yo lo he visto con
muchísimo encanto. La ciudad en general es súper estilo americano: parece que
llegó una fuerza divina desde el cielo y chafó todas las casas y edificios,
esparciéndolas cual tomate escachufado sobre la mayor extensión posible. Podría
decir, incluso, q en algún momento he llegado a pensar que mis gafas han pasado
a ofrecerme una visión de la realidad 4:3 a formato 16:9 (sin bandas a los
lados!). Tras unos días aquí, me estoy haciendo a ello, y mis ojos y cerebro se
están acostumbrando poquito a poco.
Además de esta
transformación óptica, mi segundo punto a observar es la típica estructura de “casa-casa-casa-[…]-casa-
casa-casa –tiendas-casa-casa-casa-[…]-casa- casa-casa -tiendas” que te impide
ir a comprar el pan sin coger el coche. Afortunadamente, Davis es planito así
que la bici se lleva mucho - con lo que el trayecto se puede hacer sentadito
sobre dos ruedas y no dará tanta pereza ir a comprar lo que sea que se nos ha
olvidado adquirir en el súper.
Otra
generalización insensata que haré es que la gente es requetesimpática. Tanto,
que parece que todo el mundo te está echando los tejos. Llega a ser confuso.
Volvamos al
centro… Dos veces a la semana tenemos el Farmer’s Market, donde los agricultores
hippies nos deleitan con verduras orgánicas y felices. Dicen que los precios
son mucho más caros, pero eso está por ver. Vaya… aquí, hago de nuevo un inciso.
B&A son de Madrid. Cuando me dicen que la comida aquí es cara y la compra que
me llena dos bolsas hasta arriba me sale por 30 US$ me confundo otra vez. Y me
da que pensar… El salario mínimo en España es de 648€. En Bélgica y en Holanda
es 1500€. En UK 1380€. En USA es 1000€. Estoy más acostumbrada a precios
europeos que a los Españoles. España me parece barata, no “lo normal”. Y eso me
hace sangrar un poquito el corazón. Me alejo, me alejo… Hay un montón de
cafeterías lindas donde tomar una bebida caliente mientras lees, estudias, o
escribes mails a los amiguitos y familia :). Hay fraternidades locas -como en
las pelis-, hay construcciones de casas de madera (sin hormigón y sin
ladrillos, remarco), calles rellenas de 4x4s y varias tiendas de libros, deporte
de aire libre y merchandising de UCDavis.
En el top-de-lo-top
(lo mejorcito de todo) está el clima, los olores y la barbaridad de naturaleza
que encuentras en todas partes. Me tiene anonadada. Todas las especies de
pájaros, árboles, plantas arbustos son nuevas para mí. No reconozco nada. Ando
por la calle y es como pasearme por una librería de tomos nuevos, nunca antes
vistos, que me prometen mantenerme entretenida por milenios. Tengo tantas ganas
de aprender de lo que ven mis ojos! Huelo el ambiente, toco las cosas,
fotografío… y observo. Lo observo todo bien con la intención de embeberme en
ello. Es como haber descubierto un planeta nuevo, donde todo me llama la
atención: tanto lo que brilla como lo que parece haber sido absorbido por un
agujero negro. Aún dentro de este folder top-de-lo-top, quiero desvelaros un
fallo de tipo conexión neuronal en mi cerebro. Cuando bajé del shuttle que me
trajo del aeropuerto a Davis, se encendió una parte de mi cerebro que llevaba
dormitando años: a la que respiré la primera ñarigonada (porque fue con la
nariz) de aire, se me prendió el recuerdo de Costa Rica en el alma. No sé qué
será, si es la humedad calentita, si es la capacidad de ver el cielo sobre los
edificios bajos, si son las aceras con grietas y baches, pero ahora, cada vez
que salgo al exterior, se me enciende el recuerdo (conexión neuronal fallida).
Y es maravilloso.
Otro pequeño inciso: Nunca había
experimentado la multiculturalidad de esta manera. Os dejo un ejemplo: La novia
de Jaber tiene padres chinos, nació y creció en Costa Rica y ahora está aquí en
Davis -tiene rasgos asiáticos, habla un tico súper dulce, un inglés perfecto y
me han dicho que también se maneja en mandarín y cantonés!
El tema
naturaleza se exponencia al infinito en los alrededores: está todo lleno de
reservas naturales, parques, montañas, lagos… I can’t wait.
Del trabajo estoy
genial, trabajando unas 10 h al día que se me van volando y desaparecen entre
el canto del bluejay y el ruido de los respiradores de edificio. Muy, muy
contenta.
Por todas estas
razones, me siento como una niña de pueblo que nunca ha salido más allá de su
barrio de cuatro casitas. Pero… eso no es verdad, cierto?
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