sábado, 7 de febrero de 2015

"Welcome home"

Así me dieron la bienvenida cuando en el aeropuerto. De regalito, me dejaron pasar un par de presentes alimenticios (del buen queso flor de esgueva) que repartiría para Bea y Álvaro (que me albergan en su casa por estas dos semanas) y Jaber, el CS con el que contacté justo antes de venir aquí y que resulta será mi futuro workmate – ya estamos compartiendo oficina y noches de bares! De ahí concluiréis lo que toda la gente me dice: Davis es muy pequeño. Sin embargo, ante cualquier juicio de (mis) valores debemos recordar que la relatividad es un dogma intrínseco y todopoderoso en mi ser – perdónenme el egocentrismo. Hagamos un ejercicio de recapitulación sobre la población de los lugares en los que recuerdo haberme asentado para vivir (lista: orden cronológico; gráfica: decreciente).

Madrid: 3.2 millones
Granada: 240 000
Montreal: 1.6 millones
Kosice: 240 000
Las Palmas: 382 000
Bellac: 4 600
Almansa: 25 000
Alcalá: 4 300
London: 8.3 millones
Amsterdam: 780 000
Liège: 190 000
Davis: 60 000

Lo curioso es que todo el mundo me dice que Davis se les queda pequeño, pero yo veo y escucho mil oportunidades de elección de actividades de tiempo libre. Mi problema va a ser la falta de este.

Por ahora ya sé de clases de alfarería, de tejer, de corte y confección, de mecánica, de bicis, de manualidades con  vidrio, fotografía, etc. Además, me dicen que el swing tb se cocina en estos lares*. Me han hablado incluso de unas clases gratuitas las mañanas de los domingos en SFO. Los domingos tb se reúnen estudiantes de vets (y supongo algún vet tb) para dar asesoramiento sobre mascotas a una comunidad (en su mayoría latinos) económica y socialmente desfavorecida. Eso me atrae un montón: ayudo, y sigo refrescando mis conocimientos médicos!


*Por lo visto, cada estado de USA tiene una lista de elementos característicos asignados a dicho estado. El baile de California es el “West Coast Swing”. Sin embargo, no os dejéis engañar por este nombre confuso. Observad: https://www.youtube.com/watch?v=Y3i6kyLLB2g. A pesar de no ser mi Lindy Hop, debo decir que estoy muy tentada a aprender esos pasos….

Hoy hemos paseado por el centro de Davis. Es cierto que es chiquito, pero yo lo he visto con muchísimo encanto. La ciudad en general es súper estilo americano: parece que llegó una fuerza divina desde el cielo y chafó todas las casas y edificios, esparciéndolas cual tomate escachufado sobre la mayor extensión posible. Podría decir, incluso, q en algún momento he llegado a pensar que mis gafas han pasado a ofrecerme una visión de la realidad 4:3 a formato 16:9 (sin bandas a los lados!). Tras unos días aquí, me estoy haciendo a ello, y mis ojos y cerebro se están acostumbrando poquito a poco.

Además de esta transformación óptica, mi segundo punto a observar es la típica estructura de “casa-casa-casa-[…]-casa- casa-casa –tiendas-casa-casa-casa-[…]-casa- casa-casa -tiendas” que te impide ir a comprar el pan sin coger el coche. Afortunadamente, Davis es planito así que la bici se lleva mucho - con lo que el trayecto se puede hacer sentadito sobre dos ruedas y no dará tanta pereza ir a comprar lo que sea que se nos ha olvidado adquirir en el súper.

Otra generalización insensata que haré es que la gente es requetesimpática. Tanto, que parece que todo el mundo te está echando los tejos. Llega a ser confuso.

Volvamos al centro… Dos veces a la semana tenemos el Farmer’s Market, donde los agricultores hippies nos deleitan con verduras orgánicas y felices. Dicen que los precios son mucho más caros, pero eso está por ver. Vaya… aquí, hago de nuevo un inciso. B&A son de Madrid. Cuando me dicen que la comida aquí es cara y la compra que me llena dos bolsas hasta arriba me sale por 30 US$ me confundo otra vez. Y me da que pensar… El salario mínimo en España es de 648€. En Bélgica y en Holanda es 1500€. En UK 1380€. En USA es 1000€. Estoy más acostumbrada a precios europeos que a los Españoles. España me parece barata, no “lo normal”. Y eso me hace sangrar un poquito el corazón. Me alejo, me alejo… Hay un montón de cafeterías lindas donde tomar una bebida caliente mientras lees, estudias, o escribes mails a los amiguitos y familia :). Hay fraternidades locas -como en las pelis-, hay construcciones de casas de madera (sin hormigón y sin ladrillos, remarco), calles rellenas de 4x4s y varias tiendas de libros, deporte de aire libre y merchandising de UCDavis.

En el top-de-lo-top (lo mejorcito de todo) está el clima, los olores y la barbaridad de naturaleza que encuentras en todas partes. Me tiene anonadada. Todas las especies de pájaros, árboles, plantas arbustos son nuevas para mí. No reconozco nada. Ando por la calle y es como pasearme por una librería de tomos nuevos, nunca antes vistos, que me prometen mantenerme entretenida por milenios. Tengo tantas ganas de aprender de lo que ven mis ojos! Huelo el ambiente, toco las cosas, fotografío… y observo. Lo observo todo bien con la intención de embeberme en ello. Es como haber descubierto un planeta nuevo, donde todo me llama la atención: tanto lo que brilla como lo que parece haber sido absorbido por un agujero negro. Aún dentro de este folder top-de-lo-top, quiero desvelaros un fallo de tipo conexión neuronal en mi cerebro. Cuando bajé del shuttle que me trajo del aeropuerto a Davis, se encendió una parte de mi cerebro que llevaba dormitando años: a la que respiré la primera ñarigonada (porque fue con la nariz) de aire, se me prendió el recuerdo de Costa Rica en el alma. No sé qué será, si es la humedad calentita, si es la capacidad de ver el cielo sobre los edificios bajos, si son las aceras con grietas y baches, pero ahora, cada vez que salgo al exterior, se me enciende el recuerdo (conexión neuronal fallida). Y es maravilloso.
Otro pequeño inciso: Nunca había experimentado la multiculturalidad de esta manera. Os dejo un ejemplo: La novia de Jaber tiene padres chinos, nació y creció en Costa Rica y ahora está aquí en Davis -tiene rasgos asiáticos, habla un tico súper dulce, un inglés perfecto y me han dicho que también se maneja en mandarín y cantonés!
El tema naturaleza se exponencia al infinito en los alrededores: está todo lleno de reservas naturales, parques, montañas, lagos… I can’t wait.

Del trabajo estoy genial, trabajando unas 10 h al día que se me van volando y desaparecen entre el canto del bluejay y el ruido de los respiradores de edificio. Muy, muy contenta.


Por todas estas razones, me siento como una niña de pueblo que nunca ha salido más allá de su barrio de cuatro casitas. Pero… eso no es verdad, cierto?

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