Os puede parecer una broma sarcástica (RAE-sarcasmo: Burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo) pero, poco más de un mes sin las pastillas, y ya estoy pensando en volver a ellas.
Alguno reirá, pero yo estoy convencida de que no estoy hecha para vivir en este tipo de mundo trabajador. Me oprime tanto la responsabilidad de llevar una vida "estandar" que lo único que soy capaz de hacer es meterme en la cama y no despertar [Me parecen un tanto irónicos estos ciclos míos de insmonio-perpetuo y sueño-bella-durmiente].
Me oprime la vida.
Me fui todo este tiempo porque tenía claro que, o marchaba, o acababa en un agujero tan negro, tan negro que podría llegar a teñirse de rojo. Así que me fui. y fui feliz. Super feliz. Como hacía teimpo no había sido feliz. Y os quise muchísimo, y todo era amor, y todo era felicidad y armonía.
Me alegré un montón de ver que soy capaz de todo eso. Que sigo siendo yo con mi disfrute hacia esta maravilla de vida. Que reboso amor por los ocho sentidos y costados y todo ese rollo que ya conocéis.
He vuelto. Y todo lo oscuro parece haberme estado esperando en alguna esquina de Madrid. Y ya me encontró.
Y como ya estoy cansada y ya me lo conzco demasiado bien, me salto miles de aquellos pasos de sufrimiento y peinso directamente en una SOLUCIón. Qué es lo que me haría feliz? Qué es lo que me apetece hacer? qué es lo que me va a sacar de esta miseria en la que yo sola me meto?
Al menos, ahora tengo respuesta.
Quiero volver a marcharme, queiro viajar, quiero ayudar y queiro sentirme libre. Quiero volver a irme. Eso es lo que me mantiene con vida (que no os suene poético). Es lo único de ahora mismo que me puede dar movimiento de corazón (o de aquellos restos de polvos podridos que os cuento).
Me oprime una vida estándar.
Y no pretendo con esto que riáis (aunque pueda provocar risa y varios comentarios de queja (también sarcástica)). Lo siento muy real. Me oprime.
Necesito sentirme libre, poder marchar. Ser un pajarito que vuela a merced de los vientos.
Aquí me apago.
Mi luz (o lo que yo he creído durante tanto tiempo mi luz) me tiene abandonada a mi suerte.
No os confundáis con las estrellas fugaces: se marchan demasiado rápido, dejándote sumida en la ceguera de su eclipse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.