Estoy en el tren para Murcia, para encontrarme con Sara, Davidenko, Álvaro, Sergio y Liher. Creo.
El viernes salí con Ana de cañas. Llevábamos a la niña, Carmen Catalina. Primero fuimos a un barcito que tenía al final del todo unas piscinas de bolas para ella. Y a eso de las 22 30 nos mudamos a un bar que ya había visto yo de buena pinta. Ahora puedo confirmarlo. Se llama algo así de rock, y tienen una guitarra en el “escaparate” (no sé cómo se dice; la vitrina? La portada del bar?). Había un concierto de Soul al que yo estaba convencida, iría. Ana no iba a venir, porque ya meterte tan tarde con CC a un bar lleno de humo, podría decirse que no tiene nombre. Pero ana, ya piripi (como a mi mae, le encanta la cerveza!) ni corta ni perezosa le armó el abrigo, la bufanda y el gorro y para allá nos fuimos. Me alegro de ello porque hubiera sido raro estar en ese bar sola. Son miles los lugares a los que he decidido ir por mi cuenta pero este, como ya alguno que otro, no hubiera podido darme el placer de la solitud que tanto me llena de vez en cuando. Necesito encontrar mi sitio, mi rinconcito, donde me sienta a gusto y calentica y en este bar no lo encontré.
Sin embargo, lo pasé bien. No vamos a quejarnos.
Ana me dijo que podía ella llevarme al pueblo de sus padres, que ella iba allí para pasar el fin de semana y que saldría un autobús desde una gasolinera; que era mucho más fácil, y que SIEMPRE para ahí el bus. Así, pues, compré el sábado por la mañana con el internet (porque el mismo viernes noche no llegué yo fresca, precisamente a casa) más contenta que un ocho (qué expresión más abierta a la discusión…mmm….). Salí de currar a las 13:30 (léase 14:13, y eso fue prontito) y estuve esperando a irnos pa pillar el bus de las 20:45. A la que me lleva a Villena (el pueblo de sus padres), me pregunta si he llamado para confirmar. Se me abren los ojitos, se me sube esa ceja que ya todos tanto conocéis, y le digo: llamar a dónde? Lo he comprado con internet… no vale con eso?
Dice que no sabe, que ella nunca lo ha hecho así (piensa que con tener teléfono en casa ya tienes internet, no es muy dada a los computadores…), pero que no me preocupe, que siempre pasa. Obviamente, yo me preocupé.
El bus pasó, sí, pero de largo por la autopista, mientras yo giraba sobre mi propio eje diciéndole adiós con la manita; en la gasolinera fría y de noche cerrada, con las estrellas sobre mi cabeza y el viento aplastándome la cara. No puedo decir que me costó superarlo (controlé mis instintos asesinos hacia el mundo y me lo tomé bastante sabiamente, pasados unos minutos), sin embargo, sí que os diré que me enfadé un montón por toda la tarde perdida esperando en casa (vale, sí, hice cosas que tenía que dejar hechas, pero…), por el dinero perdido y por la noche del sábado que nunca llegaría a suceder en Murcia.
Ya lo he superado.
Me gustan las vistas desde el tren. Las montañas tienen chichones y la tierra cría pedúnculos. La arena es roja y contrasta preciosamente con las hojas de otoño que tanto tiempo llevo sin ver. Creo que son viñedos, los que me ofrecen gustosos sus copas para darme un buen bañito de sol. Está subiendo, por encima de las montañas, acariciando los campos tal y como quiero que me acaricien a mí. Disfrutaré de él.
Me pesé en la clínica. Pero 7kg más (o quizá menos, si quito la ropa) de los 53 de siempre (que, si ya me tienen algo descontenta, imaginad qué tan feliz estoy con esto de ahora! La verdad es que últimamente paso de ello, pero cierto es que no me agrada. 60 kg! Qué locura!
Ño! Acabo de mirar a mi izq y resulta que está aquí el mar, en Sant Gabriel! Qué locura! Me ha dejado descolocada!
El viernes pasado fui a ver la casa que alquila una amiga de Ana, Gracia. En principio yo le he dicho que me quedo (una de las habitas y el salón tiene ventanas al sol, eso es todo lo que quiero), pero que antes de darle un “sí” definitivo, tengo que asegurarme que encontraré a alguien para compartirlo. Así, los 300€ se convierten en 150 y es mucho más lógico y asequible. Sabéis de alguien que busque piso en Almansa? Aish…
Minispawncito junior III se comió mis cascos, ya ahora no puedo escuchar mi música!
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