El viernes pasado quedé con Larry y el resto. Me lo pasé pipa! Cuando miré el reloj eran ya las 17:27 (cinco y media menos tres) y tuve que salir flechá. Estaría genial si pudiera mudarme con ellos… Tienen una tercera compañera de piso, Beatriz, que es de un pueblo de aquí cerca y lo único que hace al legar a casa es encerrarse en su cuarto; para el fin de semana irse al pueblo y no volver hasta el domingo noche. Les hizo un calendario marcando en rojo los días en los que ella no va a estar desde octubre hasta junio para contarlos cada mes y luego descontar proporcionalmente el dinero de la cuenta de electricidad. Marcó incluso los medios días (por ejemplo, si se iba el viernes a medio día, el viernes por la tarde tb lo marcaba en rojo O.O). Otro día les dijo que estaban cocinando demasiado, que usaban mucho el horno y la lavadora. No le gusta que traigan amigos a casa porque hacen ruido, molestan y utilizan la ducha, el agua y la electricidad. Estamos intentando planear algo para echarla, para que se vaya y meterme yo en su lugar… Lo que pasa es que nos da pena. Es una tipa super desgraciada, y sufre. No tiene amigos casi en Almansa, y aunque sí tiene un novio en el pueblo suyo, se la ve bien desgraciada. Además, tiene problemas de salud del tubo gástrico. Yo no la conozco, todo esto (y más) me lo han contado Larry y Claire. Pero bueno, primero tendré que ver si me quedo en Almansa o no…
Este fin de semana pasado he mentido. Le he dicho a Ana que a mi awela le había dado vértigo y ansiedad, que mis tíos no estaban y que tenía que ir yo a cuidarla. Todo ellos porque el lunes en la mañana tuve una entrevista en el hospital clínico veterinario universitario del Ceu (todo una novela aparte).
El sábado me vino Davidenko a ver a casa. Le hice una guisadito de una especie de papas a la riojana con judías blancas rico y calentico (con “seven spices” y algo más), nos hicimos acupuntura eléctrica y nos fuimos a bañar bajo la lluvia de Almansa mientras paseábamos por entre las calles de este pueblo (feo) y las escaleras de la muralla cerrada. El mercadona nos ofreció vino blanco y sidra, las cuales fueron las responsables de brindar con demasiado fuerza y alegría (fue en la tercera, o en la segunda botella?) y romper uno de los vasos de la casita de encima de la clínica, a la que fuimos por riesgo de congelación en la mía. Después del pedo de encima del curro, sacamos a Gala y quedamos con Larry y Julio. Fue una noche tranquila, en la que yo acabé congelada y David no acordándose mucho de cómo salimos del último bar.
Esa noche dormí calentica!
A la mañana siguiente levantamos y fuimos a la estación de tren. Como mi abuela estaba “enferma”, me llevé a mi pobre amigo que había venido a visitarme pa Valencia también. Nos desayunamos unos churros con chocolate mitad en el bar, mitad dentro del tren (apurados por los pueblerinos, que nos decían que el tren no espera a nadie!) y nos colocamos en posición de sueño hasta llegar a Valencia North. Una vez allí, molesté a Irene en un momento íntimo y David y yo decidimos (después de un intento fallido al Bioparc (dios, qué recaro es!)) irnos a la playa de la malvarosa pa tomarnos un bañito invernal. Antes de eso, yo necesitaba una copita de vino para llamar a Ana con más soltura y decirle que ya estaba en Valencia y todo el rollo. Fuimos, pues, al bar Calabuig (el cual, yo estaba convencida era canario (ya me explicó David que no)) a tomar el vinito, una cervecita unas bravas y un bocata de todo. Ya con las pilas puestas y el alcohol en las venas marchamos hacia aguas heladas y, sin dudar mas que si debía hacer topless o quedarme con el sujetador de encaje (ya sabéis lo que elegí!), nos metimos rápida y directamente en el rugir salvaje de las aguas del mediterráneo. Estaba frío!
Entramos en calor enseguida (tanto valor oculto tiene su recompensa!)y marchamos a ducharnos (jiji) a casa de Irene. Celebraban parte de su cumple en la mesa y yo disfruté horrores de ver a mi querida Irenita feliz como una perdiz. Tantos años malos y todo lo merecido y por merecer por delante. Arriba ese inglés, Ire!
Como ya dije, la entrevista era para entrar en el hospital del Ceu. Tanto mi abuela como mi tía me dijeron que, como ya me conocían, me mandaban al corte inglés con gastos pagados para que me comprara algo decente para la entrevista. Así que allí fuimos, al corte inglés en valencia, en navidades, un domingo por la noche. Qué mejor plan podía el pobre David esperar, estando conmigo! Sobra decir que fue terrible, intentando comprar algo de ropa pija para mi entrevista en un lugar católico lleno de cruces. Acabamos ambos dos con la cabeza llena de dolores, con una sensación de pérdida de tiempo infinita y unos pantalones marones simplones, que parecen para ir de caza y poco más. Hubiera sido muchísimo mejor la opción de llegar a la entrevista, desnudarme delante de ellos y decirles que no quiero que se me juzgue por mi forma de vestir. Sí, sí, mucho mejor!
La noche la pasamos en casa de mi abuela, a la cual, realmente, no quiero volver a ir; al menos mientras esté ella en ella. Con lo bien que me llevaba yo con mi abuela, que hasta venía a Valencia solo para verla! Estamos hablando de tiempos pasados. Esta increíblemente insoportable. Siempre sacando temas de lo malos que somos todos y lo santa que es ella. Seré dura, pero no tengo por qué soportar insultos (aunque sean ajenos) y mal trato durante más tiempo. No se lo consiento a nadie, y mi abuela no es una excepción.
Dormimos, cómo no, en habitaciones separadas, pero eso no evito el masaje en-niveado que debía.
Al día siguiente fue la entrevista del CEU, al que iba también mi amiga MariCarmen. Nos tuvieron ahí toda la mañana, con un caso clínico por escrito, la exposición frente a 3 veterinarios-profesores y una entrevista personal. Esa misma tarde, al llegar a Almansa me llamaron y me dijeron que no me elegían. Pero qué queréis que os diga, no me ha importado nada (Mar, no te preocupes, tendremos otras oportunidades! Igual te vienes a Tenerife a vivir conmigo :D). A Maricarmen tampoco se lo dieron, pero bien que mereció la pena ese bocata express que nos comimos en la estación, eh?
Esta tarde hablaré con otro veterinario de Tenerife que ya ha visto mi CV y me sigue, misteriosamente, escribiendo. A ver si hablamos y concretamos algo. Si sale, ya os cuento detalles, que si no os lleno la cabeza con estupideces y luego no entendéis nada de lo que escribo!
Sigo en mi crisis, sin embargo, de dejar veterinaria. NO es lo que quiero. Me exige demasiado esfuerzo y no disfruto como podría hacerlo. Quiero disfrutar mi vida al máximo, que es corta. No quiero trabajar como vet, es muy difícil.
Quiero ser jardinera de coral, y disfrutar a la vez que curro. Sí, sí, disfrutar siendo jardinera de coral. Eso es lo que quiero.
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