07.03.2011
Pensándolo bien, estoy mejor ahora que con las pastillas. Al menos hoy. No quiero ni loca tener ganas de no estar. Qué cosas digo a veces!
Ahora mismo estamos a casi las once de la noche. Hace poco más de una hora, en el GYM (sí señores, hoy he ido a l gimnasio*), hemos decidido pillar el coche y salir para los carnavales de Santa Cruz. No puede ser que esté viviendo en TF y no vaya para allá en estas fechas. Estaba justo hablando con Guasi, de camino al GYM (BIS) de ese tema monótono que me ronda últimamente. Hoy me llamó Maricarmen y otra de lo mismo: estoy… bien. No me puedo quejar. Y es que no me sale nada más cuando me hacen esa pregunta tan “temida”. Guasi me ha preguntado que qué es lo que me falta (LOOOOOCAAA (toy escuchando la música de Guasín)(le encanta Shakira)), que si eran mis amigos (os echo un montón de menos, pero creo que ya estoy acostumbrada a esto, no?), un buen follamigo (psh… creo que seguiría igual, aunque está claro que un par de meses de sequía deja secuelas), si esperaba algo más del curro (la verdad es que no, me sorprendió que hubiera tanto método de diagnóstico y una clientela extranjera tan receptiva a hacer pruebas), el lugar (es verdad que no hay mucho que hacer por Alcalá, pero es muy bonito, yo no necesito una gran ciudad, no?)… Y bueno, no hemos llegado a nada más que a la conclusión de que me falta un poco de todo. Montadas en las máquinas diabólicas de cardio, Guasi me ha dicho que qué rollo que no tengamos libre mañana (es festivo en toda la isla, pero nosotros tenemos que trabajar…), que no podemos salir a Santa Cruz… Le dije que a partir de las 00:00 estábamos libres del móvil de urgencias (la semana pasada me tocó a mí, esta a ella) y se le iluminaron los ojillos. “No me lo digas dos veces”. Y para allá vamos.
08.03.2011
Madre mía qué cansancio! Salimos de marcha con Sigi (la CS que vive en Puerto de Santiago) y Luca (nos pasamos con el coche a recogerle). Les llamé a la que salimos del gimnasio y me dijeron que sí, que se apuntaban (bueno, a Luca no le he dado ni la oportunidad de negarse :D). Nos disfrazamos cutre y rápidamente de “ladrones” (Guasi y yo, en una muestra más de nuestra competentación intrínseca, íbamos de “ladronas de corazones”), con un antifaz negro pintado en los ojos (imaginad nuestras caras esta mañana en el curro: el maquillaje no es tan fácil de quitar, eh?), vestidas del mismo color de ropa y con una bolsa de basura llena de papeles de periódico abultantes colgando de un palo de escoba (sobra decir que este accesorio lo perdimos antes de pasar 33 minutos de estar en los Carnavales). Lo pasamos muy bien, bebimos un par de copitas (dios, suficiente!), nos rozamos y restregamos entre brazos, culos, labios y pechos de hombres y mujeres, bailamos (me está gustando cada vez más esta shakira, me hace feliz, a pesar de la mierda de letras que saca) toda la noche (aquel tipo me robó el corazón, agarradita a su cuerpo, tenía el torso perfecto para apoyar mi cabecita pesada. Qué fluir de movimientos, qué compaginar de caricias…), reímos (por fin: reí), cantamos y lo pasamos pipa.
Me encantó volver a estar rodeada de multitudes ingestas, de juventud, de hombres, de sangre llena de vida. Santa Cruz me pareció mucho más grande que nunca y el recuerdo que me dejaron los carnavales fue de energía revitalizante. Eso sí, llegamos a las 7 ya pasadas de la mañana a casa y tuvimos no más que dos horitas de sueño fugaz antes de empezar a currar. Una matada, pero que mereció toda su pena.
Y coño… no sé si quiero hacer clínica (siempre hablando de salvajes). Ya sabéis que es demasiado difícil para mí. Se me escapa este tipo de conocimiento. La conservación, sin embargo, me encanta. Mirad el título de estos proyectos:
Livelihoods in an artisanal fishing community and the effect of ecotourism.
Estimating the total economic value of coral reefs for residents of Sampela, Sulawesi.
Development of species recovery plans for threatened plants in Anegada, British Virgin Islands.
Estos son solo tres ejemplos de un master maravilloso que MariCarmen me ha dado a conocer. Hay un montón de cosas así, y me gustan más, creo yo, que la clínica (y remarco que, cuanod digo clínica, no me refiero a perros y gatos, obviamente). Yo creo que soy más de cuidar, de conservar. La fisioterapia siempre me ha gustado, por ejemplo. La conservación podemos decir que me fascina, pero me frustra lo indecible… hay tanta corrupción tanta cosa mal hecha y difícil (por no decir eso que siempre digo: “imposible”) de cambiar…
Sabéis qué? Tengo que dejar de pensar tanto.
Pensándolo bien, estoy mejor ahora que con las pastillas. Al menos hoy. No quiero ni loca tener ganas de no estar. Qué cosas digo a veces!
Ahora mismo estamos a casi las once de la noche. Hace poco más de una hora, en el GYM (sí señores, hoy he ido a l gimnasio*), hemos decidido pillar el coche y salir para los carnavales de Santa Cruz. No puede ser que esté viviendo en TF y no vaya para allá en estas fechas. Estaba justo hablando con Guasi, de camino al GYM (BIS) de ese tema monótono que me ronda últimamente. Hoy me llamó Maricarmen y otra de lo mismo: estoy… bien. No me puedo quejar. Y es que no me sale nada más cuando me hacen esa pregunta tan “temida”. Guasi me ha preguntado que qué es lo que me falta (LOOOOOCAAA (toy escuchando la música de Guasín)(le encanta Shakira)), que si eran mis amigos (os echo un montón de menos, pero creo que ya estoy acostumbrada a esto, no?), un buen follamigo (psh… creo que seguiría igual, aunque está claro que un par de meses de sequía deja secuelas), si esperaba algo más del curro (la verdad es que no, me sorprendió que hubiera tanto método de diagnóstico y una clientela extranjera tan receptiva a hacer pruebas), el lugar (es verdad que no hay mucho que hacer por Alcalá, pero es muy bonito, yo no necesito una gran ciudad, no?)… Y bueno, no hemos llegado a nada más que a la conclusión de que me falta un poco de todo. Montadas en las máquinas diabólicas de cardio, Guasi me ha dicho que qué rollo que no tengamos libre mañana (es festivo en toda la isla, pero nosotros tenemos que trabajar…), que no podemos salir a Santa Cruz… Le dije que a partir de las 00:00 estábamos libres del móvil de urgencias (la semana pasada me tocó a mí, esta a ella) y se le iluminaron los ojillos. “No me lo digas dos veces”. Y para allá vamos.
08.03.2011
Madre mía qué cansancio! Salimos de marcha con Sigi (la CS que vive en Puerto de Santiago) y Luca (nos pasamos con el coche a recogerle). Les llamé a la que salimos del gimnasio y me dijeron que sí, que se apuntaban (bueno, a Luca no le he dado ni la oportunidad de negarse :D). Nos disfrazamos cutre y rápidamente de “ladrones” (Guasi y yo, en una muestra más de nuestra competentación intrínseca, íbamos de “ladronas de corazones”), con un antifaz negro pintado en los ojos (imaginad nuestras caras esta mañana en el curro: el maquillaje no es tan fácil de quitar, eh?), vestidas del mismo color de ropa y con una bolsa de basura llena de papeles de periódico abultantes colgando de un palo de escoba (sobra decir que este accesorio lo perdimos antes de pasar 33 minutos de estar en los Carnavales). Lo pasamos muy bien, bebimos un par de copitas (dios, suficiente!), nos rozamos y restregamos entre brazos, culos, labios y pechos de hombres y mujeres, bailamos (me está gustando cada vez más esta shakira, me hace feliz, a pesar de la mierda de letras que saca) toda la noche (aquel tipo me robó el corazón, agarradita a su cuerpo, tenía el torso perfecto para apoyar mi cabecita pesada. Qué fluir de movimientos, qué compaginar de caricias…), reímos (por fin: reí), cantamos y lo pasamos pipa.
Me encantó volver a estar rodeada de multitudes ingestas, de juventud, de hombres, de sangre llena de vida. Santa Cruz me pareció mucho más grande que nunca y el recuerdo que me dejaron los carnavales fue de energía revitalizante. Eso sí, llegamos a las 7 ya pasadas de la mañana a casa y tuvimos no más que dos horitas de sueño fugaz antes de empezar a currar. Una matada, pero que mereció toda su pena.
Y coño… no sé si quiero hacer clínica (siempre hablando de salvajes). Ya sabéis que es demasiado difícil para mí. Se me escapa este tipo de conocimiento. La conservación, sin embargo, me encanta. Mirad el título de estos proyectos:
Livelihoods in an artisanal fishing community and the effect of ecotourism.
Estimating the total economic value of coral reefs for residents of Sampela, Sulawesi.
Development of species recovery plans for threatened plants in Anegada, British Virgin Islands.
Estos son solo tres ejemplos de un master maravilloso que MariCarmen me ha dado a conocer. Hay un montón de cosas así, y me gustan más, creo yo, que la clínica (y remarco que, cuanod digo clínica, no me refiero a perros y gatos, obviamente). Yo creo que soy más de cuidar, de conservar. La fisioterapia siempre me ha gustado, por ejemplo. La conservación podemos decir que me fascina, pero me frustra lo indecible… hay tanta corrupción tanta cosa mal hecha y difícil (por no decir eso que siempre digo: “imposible”) de cambiar…
Sabéis qué? Tengo que dejar de pensar tanto.
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