11.04.2011
Mañana hace tres meses que llegué a Alcalá. Es toda una superación para mí.
Fíjate que es el mismo tiempo que pasé en Las Palmas. Aquel tiempo allí (que, debo decir, fueron de los 3 mejores meses de la vida que aún recuerdo) fue muchísimo más llena, más completa de todo. Tres meses que bien podían haber sido años.
Aquí, tres meses… No han sido nada. Nada que resaltar, nada que conmemorar, nada que recordar.
Tengo una decisión. Estaba pensando marcharme a eso de principios del verano. Pensando (ahora uqe Guasita se va), me di cuenta de que mi contrato comenzó el 18 denero, y que dura 6 meses. Eso me da una fecha fija: 18 de julio, para marcharme. Así que ya sabéis. Venid, venid a verme, peroq eu sea antes de esa fecha (o bueno, la semana y meida después de esa fecha, que es cuando pretendo viajar, y bucear, y patear).
Por qué me vuelve a dar vueltas la cabeza? Lo veo tan claro en pieles ajenas que podríamos distinguir hasta las aneurismas. Como si me hubieran arrancado de cuajo las raíces más arraigadas del honor. Es, sin embargo, el orgullo el que atesta contra mi persona. La autodestrucción de la que tanto me gusta hablaros. Cómo puede ser que posea, si quiera, alícuotas de amor propio? De dónde saco ese amor, si no tengo ya corazón? Es todo confuso.
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