Al final ese no lo voy a pedir, no croe que me lo den y tengo que molestar a demasiada gente.
Hola pichones,
Estoy ahora, al comienzo de este mail en la clínica. Hoy domingo me toca trabajar.
El lunes pasado, con la perspectiva de tres posibles días libres seguidos planeé unas vacaciones express. Llamé a un centro de buceo en El Hierro y me dijeron que aún tenían alguna plaza libre; llamé a un concesionario (?) de coches y disponían de un cochecito rojo fashion preparado para mí (a precio de semana santa, eso sí ¬¬), miré en internet, y quedaban las últimas plazas en el ferry (Fred Olsen, lo único que te agradezco es la rapidez del viaje y haber conocido a Arturo... pero menudo mareo me diste, encerrada entre tus paredes impenetrables...). Por la tarde me fui a Kiko's y me pillé un mapita de carreteras/rutas (no tenían de rutas propiamente dicho) y así con esas me preparé gracias al internet y al youtube varios planes alternativos.
El jueves desperté algo antes de las 7 para poder coger la guagua y llegar con tiempo de sobra para un desayunito (desde la terraza de este croissant y café vi al hombre con las rastas más largas del mundo! Le llegaban al suelo y hasta se las volvía a recoger!). Pasó otro de los hombres de mi vida en bici, pero no pude mantener su velocidad.
Fue ya en la cola del ticket del Freddy que conocí a Arturo (como el REY!Wow!): un hombretón grande y apuesto con pelos de loco alterado. Poco hablamos entre bebés perro y bebés humanos. Me despedí con algo así de: nos vemos en el barco. (Tú ya sabes). Me gustó porque me puse tontorrona buscándole, mirando a ver dónde se había sentado, pensando si realemente hablaría cuatro tonterías o no... Salí un rato a hablar con Luca por el móvil a una especie de celda para fumadores (en el Fred Olsen apenas hay espacio al aire libre, es más todo encerrado); y ahí me lo encontré, mirando al horizonte. Al acabar con mi gran amigo italiano nada italiano me dirigí directa. Le dije HOla, se sorprendió y me dijo que estaba pensando. Le dije que continuara y contestó con que ya continuaría pensando luego. Ahí nos conocimos. O lo intentamos. Una charla agradable con un tipo agradable. Pensábamos vernos en El Hierro, pero las circunstancias solo nos permitieron una revisión fugaz. Lo intentamos, pero no pudo ser.
La tontería que no ha llegado a ser nada más que un tipo con el que hablé un ratejo (y que al final me ha dado para un párrafo entero) viene poruqe me despertó el jugueteo por unos instantes, me dio ganas de conocerle y me volvió tontorrona con acelerones en este sistema sanguíneo "especial" que tengo yo (sin bomba de motor, en otras ocasiones llamado "corazón"). Es esto un síntoma de recuperación? Puede mi sangre aumentar su velocidad aun sin poseer aquel músculo tan preciado? Lo dudo, pues mis sueños siguen devolviéndome a mi realidad ficticia; pero algo tiene que significar, no es así?
Al llegar por fin a la isla de El Hierro, me esperaba el tipo con el coche de alquiler. Un precioso Volkswagen Polo (:)) rojo pasión. Lo revisé como si fuera una profesional, heridita aquí, heridita allá, faro trasero con cicatriz y pegado con cinta adhesiva (o.o)... Todo en orden. El tipo me explica que, si le pasa algo, yo soy la responsable de los 300 primeros euracos. Yo acepto, diciéndole que "nah! no va a pasar nada!". Caliento motores, miroa los pedales para asegurarme cual es cual, coloco asiento, cristales y cinto... y en marcha a la carretera. La carretara infernal llena de cuestas y curvas asesinas. Al principio, antes de llegar a Valaverde, estaba aún algo anestesiada por el efecto "estoyllevandouncocheyosola", fue un día más tarde cuando realmente me entró el pánico en la carretera, quise abandoanr el coche y romper a llorar con alguno de vosotros al otro lado del teléfono. Pero eso vendrá más aldelante (sigan, sigan, sigan leyendo). En valverde coloqué gasolina en el coche y golpeé ligeramente el retrovisor de la dcha (no controlo bien esto del espacio/teimpo). Fue un poquito, tres peuqeños rallacitos que quedaron eclipsados por la ostia que vendrá más adelante (buieno, ostia, ostia... es para tener gancho en la historia y que lleguéis al final).
Con el coche debía dirigirme al sur, a La Restinga, apra hacer mis dos primeras inmersiones de buceo. Fui a mi ritmoi, depacito, con calma, con fotos de por medio, por bocas abiertas y aumentos de tensión en sangre (no me gusta conducir en condiciones extremas:( ). Es impresionante cómo cambia el paisaje en solo metros arriba y metros abajo. Pasé de lso campos más verdes y primaverales (quién me regalara a mí un ramo de estas florecillas silvestres!), al desierto más inhóspito comido por una lava negra espesa, siempre pasando por bosques de pino, prados verdes para el ganado, matorrales bajos en lucha del viento y árboles desafiando la antigravita vegetativa. Una maravilla. Es una pena no haber podido sacar más fotos de las diferencias en la isla, pero de veras que me jugaba la vida por tener algún recuerdo fotográfico. Lo tenéis en formato extendido (aún así...) en el fb, alguna colgaré aquí ahora.
Una vez en la Restinga, la gente se reía de mí... "Estoy buscando un club de buceo que creo se llama "La Restinga", lo que pasa es que m ehe dado cuenta de que ese es el nombre del pueblo y no sé si realmente se llama así o si tiene un nombre alternativo". Finalemtne, y después de dar vueltas como una idiota (primero con el coche, luego sin él), conseguí dar con el lugar. Estaba cerrado. LLamé al número y nada. Me fui a un bar a hidratarme y a vaciar mi vejiga y PREGUNTÉ a la camarera. Me dijo amablemente que estaban en el puerto, a punto de hacer una salida. Llegué a tiempo: dos se rajaban y tenían que volver al centro, fui con ellos me cambié y en tres minutitos estaba dentro de la lancha. Cuál fue mi sorpresa cuando un precioso Golden se tiró al agua e introdujo apasionadamente dos carabelas portuguesas (Physalia physalis) en sus fauces! Dimos media vuelta y me bajé de la lanchita, toda preparada con el neopreno hasta arriba atado, sin gafas, y sin nada más que mi disnea por presión en el pecho (el neopreno es muy ajustado!). Llamaos desde el mismo puerto al vet, que estaba en TF, así que, como en toda la isla parecía ser yo la única veterinaria, decidimos que partieran sin mi; que debía salvar una vida!
Fuimos a El Pinar (el pueblo con "asistencia médica" más cercano) y pedimos un poquito de solumoderín. El tipo del centro de salud se mostró algo reacio a colaborar. Pero cuando el dije que era VETERINARIA, todo cambió. "Aahhhh!! Pues si tú te haces responsable..." Me sacó un par de cajas y miles y millones de jeringas y agujas diferentes, para que eligiera. Me sentí un pcoo como en uan tienda de caramelos y golosinas, todas nuevas y brillantes, no conocidas previamente. Y ya cuando me dio unas agujas para cargar y otras a parte para pinchar, lo supe: me he equivocado de carrera! Y nosotros reutilizando todo para que salgan las cuentas... QUé paraíso de esterilidad!
Os dejo aquí, por ahora, estoy hiperactiva de azúcar y me voy a tomar un litrito de té RELAX!
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